19/5/09

Un cuento largo

Maldito, en el regocijo de las noches entre musica muerta, que va de novia con el alegre llanto del alma. Asi sentado y con tiempo malgastado es como digna su imagen a mostrarse a cada uno de los posibles universos adversos al pensamiento de quienes dicen conocerle. Le han visto encapuchado de satisfaccion en las noches, paseandose a campo abierto, con la luz de su amiga como guia; en la calle mojado del llanto del cielo, en su escondite mojado de su propio llanto.
No se le vio alguna vez a la luz del sol. Al menos no en esas fachas. El maldito luce tacito al palpar del amor, siempre dejado. Obvio de dia, incierto de noche. Talvez maldito sea el reloj, por recordarle el olvido. Por clavarle medidas a la soledad y darle valor a su lamento.
Tantas, enormes y cortantes figuras. Ninguna de ellas basta para alimentar su esperanza. La razon de caminar con una sonrisa de noche se ha ido perdiendo, precisamente con le tiempo, y nada mas que con el tiempo.

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