10/7/09

Venian en pequeños sobres por correo cada tarde de julio. Acostumbrado, en aquel pueblo de muertes de periodico, Alonso Linares recordaba los tiempos en los que Mía era poco mas que la fría mujer que se paseaba la calle de "la trinchera" cada tarde para buscar a sus amigas y ponerse a chismosear tejiendo. El tiempo lo habia vuelto un asombroso mago: podia predecir los movimientos a cada hora del pueblo, que se hicieron monotonos, incluso en los dias de fiesta. Desde la muerte de Don Alejo, ya nadie buscaba parranderos en las calles.
Trepo las colinas que eran la salida a la carretera de aquel pueblo, y se arrimo a pedir transporte pa'l hipodromo de la Hacienda. Lo llevaron unos capos de las apuestas y lo dejaron en el rincon de siempre. Desde alli, hay gente que todavia reclama una mirada cada año cuando velan la muerte de Linares. Sin causas, sin explicaciones, pero lo peor, sin mas consecuencias que un luto anual.

3/7/09

- ... Que esa es tu manera de ver el mundo; y sinceramente se acabaron los puntos de vista. ¿que me diras ahora? Ahora que, con todo (y lo poco aún) que me miras, no sacas las palabras precisas de esta boca silenciada por cobardía
- Ya sabes que no tengo mas que decir, sabes que tambien puedo esconder mucho de lo que hago, porque lo has presenciado, sabes tambien que puedo saber, como tu, que al no decirte algo obtengo mas palabras de las que obtendria si lo hiciera. Y aun duermes.
- Es cierto, el sueño me ha ganado. En eso no hay quien diga una mentira verdadera. Pero, que sera entonces lo que me mantiene en pie? de que estoy viviendo si no es de cada momento que gritas lo que en silencio te cuestionas? Venga, No me has dicho nada que no sepa: Que el tiempo pasa muy rapido, que otros dias muy lento. Que las ganas sin plata se van rapido, pero la plata sin ganas duraaaa; Que a veces me odias, pero a veces me amas...
- Calla, que no hay personas a quien molestar con gritos aqui, asi que de nada sirve. Guarda tu voz, asi como guardas cada rencor, cada palabra, y cada momento en el que me oyes gritar lo que en silencio me cuestiono. Nunca, ni en tus sueños, tengo algo que cuestionarme si no hay un QUE para cuestionar.
- Aqui esta, guardado en la vieja caja en la que depositas tus secretos. Tiene un candado porque nunca he dejado que alguien los vea. Si algun dia querias hacer algo con ellos, aqui estaban siempre, sobre la razon que necesitas para cuestionarte.
- Calla de nuevo. Pareces la ola silenciosa que al correr de la brisa cobra fuerza y sonido, no hay necesidad de silbar a los fantasmas; yo te estoy escuchando.
- Entonces, es una manera sutil de evadirme.
- Muy sutil sería entonces...
- ...
- No es eso, no te estoy evadiendo, ya tu sabes que es.
- Es la inutil terquedad que me obliga a levantarme cada vez que sueño contigo ...

1/7/09

Habrán sido casi 40. Y para ese día, te darás cuenta de que es lo que en realidad posees, que es lo que en realidad quieres, y que es lo que en realidad puedes poseer. Un minuto de uno será entonces comparable a la multitud de otro. Así me habré ganado, por lo menos, algunos segundos protagonizando tus pensamientos. Me puede asustar perder, me puede asustar ganar. Pero no me asusta aceptar que cuando estoy en la bahía de pie o sentado o acostado, si solamente estoy, estoy o en el mar o en la arena. No me asusta saber. De algún modo se hacen mis ideas cómplices de tus pensamientos. Para los nervios hay cigarrillos, para el recuerdo, la botella empolvada de hace un mes. Si se soltasen los bramidos de la dama negra a la luz, sencillamente mis ojos no llegarían a ver ninguno fluir tras un mes de soledad.