16/5/10


Con cada tanto de ideas se alivia la curiosidad y el ingenio frustrado. Con unos tragos se va solamente la necesidad de tragar. Demasiadas deben ser las bridas en mi mente para poder conectarme de tal forma con el fracaso implícito en cada intento. Pero también para poder aliarme con la apatía a la luz del día y declararle mi amor a la noche.
Quiero respirar sin el miedo a pensar en las desgracias ajenas para esclarecer las mías. Quiero una mujer que me diga "te quiero" porque conoce de verdad el valor inexistente de un "te amo". Quiero que alguien pueda preocuparse por mi porque todo va a la perfección. Deseo poder hablar con alguien como hablo con mi guitarra... o con Dios. Si pudiera compartiera el don de la ignorancia, regalara favores, escribiera poemas, cantara canciones, hiciera bromas, reiría a solas; podría ser compañía, ser instantes, ser instintos delirantes... Pero no es cuestión de poder o de querer, porque para cuando vuelva a querer hacer todo eso, recordaré que de nada vale esperar calor bajo la lluvia; y voy a querer solo una cosa: olvidar completamente todo lo que soy.