25/10/09

Porque te conozco cada vez mas ...

Se que te gusta ir de un lado a otro
como una bandera a merced de los vientos
pero te cansas y tomas un momento para sentir;
lanzar a aquel muro una serie de lamentos,
que retumban como estrategia eficaz...

Cada vez me levanto de una agonia
transparenteme bajas a pedradas de la nube ;
no solo me evitas tener calma al mirar tus ojos,
ahora pierdo sueños momentaneamente.

Eres predecible; la gota que se cae del madero
conozco tu forma de actuar , pero no la entiendo
Dios me de paciencia para soportar una o dos vidas
luchando, cantando y estando ausente;
al tiempo sumido en un monton de gente

Sal de tu cueva es dificil forjarse una igual a la mia, no ?
No es acaso dificil salir del camino tan victorioso, tan campante...
pero sin haberse desprendido primero esos bichos del amor, amistad, no se que mas

Es predecible : vas tras un fin, lo se.
todos lo hacemos, pero no todos dejamos una estela (...)

Entre otras cosas eres predecible por ser inasequible
porque a conciencia de el hermetismo intento penetrar
o al menos intente , intentaba ? ! ... No se

Basta, dejame verte ir ...dejame ser el arbol postrado en aquella esquina
sin esperanzas de hablar , de voz para poder decir ... tantas cosas
Me vas a ver igual al sol que se esconde
que se va eternamente por el horizonte
y se va a oir el dolor de las nubes perdiendo color
ganando polvo de las lunas ...
siendo consoladas

Vas a oir caer tus lagrimas de acero
y vas directo a la maldicion que me consumia
aquel demarcado, encerrado dia...
solo deja el favor de salir de tu cueva...

Asi sabre yo que al menos salve un alma mas.

Ya llego el momento de dejar de soñar un rato,
vuelvo a mis verdades, al dejar en lo onirico un te quiero
y a soñar en vida
que soy un porton sin llave
que se cierra un poco mas cada momento.

Eres predecible, y se que lo ignoras
como el golpe de mi pluma que queda en un escritorio viejo
deseando que algun dia comprendas estas desdichas, y mi muerto afan por un recuerdo.

21/10/09



Mimetizados, envueltos en el halo de la incertidumbre. Muchas veces se grita de lejos lo que ni de cerca se entiende, pero en los instantes en que la deriva te hace pensar en lo que no tienes, cualquier palabra, cualquier gemido, cualquier gesto dice muchas cosas. Ayer recibí un mensaje de las rosas; y lamentándose me decían que no llueve porque necesiten agua, sino que al agua se le dio la gana de mojar y punto. El viento derramaba lágrimas porque ya estaba viejo, pero no lograba superar las costumbres que tenía de niño. Los relámpagos en el cielo se quejaron de su efímero placer. Hasta estos días quiero yo saber la queja del mar, que sin culpa alguna se nutría del agua, danzaba con las palabras del viento, y reflejaba con tonos matices los relámpagos en su amarga superficie. En esta isla, las tormentas pasajeras suelen dejar los mensajes más duraderos. No hay voz alguna para inventar ecos, no hay opiniones que resuelvan mis pensamientos, y el amparo de un Dios con un plan de vida borra los límites del presente; dejándome vulnerable a hacerme consciente de una sola realidad. Esta, la de palmeras balanceándose en una noche sin luna, la de frío remedando golpes en alianza con las gotas de agua, devolviéndome lo que con gusto había logrado perder, el miedo. Los momentos en que aquel par de sentimientos tocan a mi puerta se hacen menudos, pero notables; inciertos, pero profundos; y sobretodo malacostumbrados a pasar a mi casa hecha de palma, palos, arena y caracoles, cada vez que les da la gana. El miedo siempre viene de traje completo, con una corbata gris, que denota según dice el lo vago de su motivación diaria. La compañera, esa si me da miedo! Vestida de Rojo intenso, sedante y con mañas para entrecortar mi respiración, y la tentación de alargarme el dia, amargo o placentero. Su nombre es soledad y carga un bolso con dolor para regalar a quien lo pida. De Martes a Lunes, de Enero a Diciembre, desde el primer dia en que sabes que tienes algo o alguien por quien preocuparte, se dan por sentadas las visitas, como la consecuencia inevitable, como el efecto secundario de querer compañía. Aquellas visitas son momentos, que sea como sea, se haga como se haga, nadie me arranca. Son míos, digo yo. Los hago míos por orgullo, por demostrar sin ser pedido que no me duele la soledad. Pero ahí en la esquina está esperando a que deje de aferrarme de los brazos ajenos, esperando a que le dé gusto. No creo estar dispuesto a hacerlo mientras alguien me regale sus manos, mientras alguien esté a mi lado para decirme que no es más que un mito aquel cuento del instante negro y de las visitas del tipo de corbata gris, y la dama roja.