15/8/10


"Era una escena imposible. No porque nunca fuera a ocurrir, por cierto, sino porque no lo aguantaría. Una realidad fuera de mis modales, donde cada paso del actuar en la obra de teatro era una comedia cruel de mi incapacidad para decidir por otra persona. El público emocionado aplaudía lo suficiente como para llenar la cesta de cualquier nómada de gloria y un falso honor. Lo único que quedaba de mi era la imagen detrás de las luces del escenario, yaciendo en una cama, viendo una película de pensamientos rodar unos tras otros con mis ojos cerrados, mientras mi corazón se aceleraba de maldad y amargura. Todo era una hipocresía, pero era casi divino ver cómo durante aquella tormenta podía permanecer vivo, repitiéndose la historia una y otra vez como intentando derribarme. Yo sabía que no era mas que una actuación, pero no podía evitar pensar que quizá aquello no distaba de mi pequeña y triste realidad. La ironía de perder preciso aquello que tienes miedo de perder no guardaba distancias y me abofeteaba en un baile intenso, casi sudando en cada movimiento. La música de fondo era dramática como lo puede ser un cielo lloroso luego de un funeral. Al final, ella se levantó en un gesto aparentemente indeciso, pero antes de tener la posibilidad de que ella eligiera, abrí mis ojos y alcance a bajar el telón, rematando lo ultimo que quedaba de las dudas de mi cobardía. No alcance respirar dos veces cuando entre lágrimas de sangre, estaba de nuevo donde había empezado"

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