El hoy es diferente. Sé que parece justo igual que ayer y el día antes de ayer, y el día antes de ese. Yo te entiendo. Pero... Mi razón y mi forma de ver son distintas. Limpia tu escritorio, tiende tu cama, deja los retratos pudrirse en su inmensa trascendencia y alabanza al pasado. Recuerda que hay solo unos cuantos que importan, y el valor se lo has dado tu mismo a ellos. Así como das, así mismo puedes quitar. No te desesperes, respira y mantén los problemas en la misma habitación a la que te gusta entrar cada noche. El hoy es diferente. Hoy vas a salir de la casa, vas a mirar cada movimiento dentro de la alcoba por la ventana. Hoy vas a regar el césped para desafiar a la lluvia, y te vas a acostar en el fresco verde debajo del sol. No te olvides, yo te acompaño. Abre una botella de champagne, y dime cada secreto que guardaste. Emborráchate de soledad, y aborrece al día siguiente la falta de compañía mientras abraces cada ramilla brotando del suelo, confiado de que los sueños solo son sueños. Relata en un abrir de ojos cuanto tienes por admirar, y recuerda en cada respiro la cálida sensación que invade el animo de un día distinto, porque hoy es diferente...