10/5/11

Un regalo, porque sí



Soy un hijo de una lagrima, Linaje de aguas claras, Vencedor en canciones, Escultor de intentos. Cantinero en el cielo, milagro en la alcoba, visionario de emociones, escritor de momentos.
Soy joven y viejo, efímero, eterno, un pensamiento en tu boca, una moneda en tus dedos. Pescador de victorias, ingeniero del silencio, un ruido en el bosque, un perdido en mis sueños.
Soy un descanso en la noche, un verso en el día, un altruista en el baño, un suspiro bajo la lluvia. Un óleo en un cofre, una flor de papel, oportunista de risas y campesino del placer.
Soy finalmente bebedor de una mirada, un 10 en el mes, una escuela vacía, un enemigo de autoridades inmediatas, una daga de aire. Soy pequeño, soy grande; tan solo un reflejo de lo que para ti quiero ser. Soy un candado...
Y en tu cuello esta la llave.

3 comentarios:

Vane dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Vane dijo...

Hay quien dice que no hay mejor maestro que el dolor… que las cicatrices superpuestas de las batallas perdidas nos constituyen, una miríada bizarra de carne y sangre. Yo digo que el dolor apesta. Al igual que el amor, está hecho para desgarrar, lastimar y destruir… Paradójicamente, no somos felices si aquella daga maldita no lacera nuestro cuerpo (ambos, amor y dolor), pero hoy no busco felicidad, hoy quiero simplemente regodearme en la miserablesa del dolor mismo, quiero lanzar un grito aunque no vaya a ser jamás escuchado, golpear con mis puños paredes invisibles, contar cada lágrima que flota en el vacío, dejar fluir la agonía que ruge en mi pecho, perder el aire, morir al alma…

Vane dijo...

(...)El agua salada a las plumas, el agua dulce a la piel, el olvido a la mente y las letras al ayer...Al final de la noche, las sombras engullen mi cuerpo y flotando en el infinito, me sumerjo para siempre...