17/6/09



Destazado. Así lo encontraron alguna vez en el monte, con una imitacion de sonrisa en el rostro. Nadie entendio alguna vez aquel gesto. Preguntaron a sabios, maestros, investigadores, y en los peores casos a politicos, y no supieron nunca. Hasta hoy se lo que significa. Aquel rollo de recuerdos como pelicula, escena tras escena, viendo morir a alguien a quien nunca tuve el chance de conocer, alimentando aquel tragico final tan solo con las palabras de la gente chismosa, tenia en esencia un rastro de verdad y serenidad. Lo amordazaron, le hicieron ver que estaba a punto de morir, y le dieron explicaciones innecesarias, mientras evadian su habla, mientras dejaban escapar la piedad y la segunda oportunidad que alguien merece. Bueno!, talvez era ya la 4ta o 5ta, quien sabe. Era hasta hoy que caminaba sin saber como un corazon roto, un asesinato, y una sonrisa en un muerto resume lo racionales que somos todos.

10/6/09

Lamentos de la soledad

Un día cualquiera nació el deseo de podar todo el “yerbero” que había crecido. “Inútil cuando crece más rápido que lo que lo cortas” le gritaba desde la nada una melodiosa voz, apenas reconocible. El deseo de desplantar del trono al caos que reinaba aquel orden entonces, fue la más sencilla de las razones para volver a ese quisquilloso niño un desquiciado prisionero de un rencor endulzado por el tiempo, y fanático seguidor de la soledad, que a menudo se vanagloriaba burlándose insensatamente de la felicidad a medias. Un día cualquiera nació la idea de romper con la monotonía de cada sol. ¡Cuánta miseria contaban los inexistentes ángeles! Tan solo consiguió ser monitor de un día tras otro, viendo como un rollo de película su vida en grises, consagrando su corazón a su amada religión. Con el pasar de tantas lagrimas resecas de ausencia, se fue dañando su pesado corazoncito, que a duras penas servía de soporte para mantener la puerta de la casa de madera contra el viento. Tal cual fue usado aquel montón de carne, haciéndole la vida difícil al viento cada tarde, a la misma hora, en el mismo desolado bosque, donde a menudo iban a parar lamentos desplazados por Dios. Un día cualquiera, fundió con el sol y la luna palabras que, sin necesidad aparente, se iban plasmando letra a letra en un papel, regocijando el sin-sentido de las escrituras, siendo muy entendido por el sueño y la vigilia, verdugos de su falsa Diosa. Guardo en un sobre el papel, y retrasó su entrega mientras pudo. Hablaba a menudo disociado de sí, con sus múltiples “yo”, intencionado de encontrar el motivo de sus burlas, de sus ausentes lagrimas, de su falta de sentido y, aun así, de la insistencia del viento cada tarde. Así perdió de a poco los frenos, y fue cobrando resignación. Tan fácil era respirar desconectado del mundo en “días cualquieras”, sin medida ni miedos. Y fue así en un día cualquiera, que envió su sobre y sus papeles a las líneas del olvido, y; corrupto de cansancio, elevo gritos al nocturno paisaje hasta que tuvo energías para sentarse a reafirmar su condición de prisionero del amor, Satán de la simpleza humana. Esa tarde Dios le premio con el viento cerrando su puerta, y un cruel abrazo que dejo a un lado a la pobre soledad, sin fanáticos, sin súbditos para probar su existencia.

7/6/09

Rio en gotas

Respira. "Adentrate"a los mas silenciosos rincones de esta villa. Dale razones a los milagros para creer que existen. Grita sangre y llora maldad, no hagas lo contrario. No seas martir para cuerpos sin mente, que caminan por menores razones que alzarse contra la inercia de las nubes de estos ultimos dias. Escucha. No seas candente, porque ya lo es mas que tu el sol. No seas dulce, porque ya la miel lo es. Dagas hay para ser cortantes, y vino basta para hacer las palabras amargas. Observa. Cada una de estas lineas te son intrinsecas. Cada una de las olas de este mar te obedecen. No trates de elevarte tanto, no trates de englobar con un abrazo el universo entero, si ya tienes el mio. No mezcles la luz de una vela con la oscuridad de un pasillo abierto al mundo...
Rie, relata, calla, camina... a la rosa buscale el rojo, no las espinas. Canta dia y noche sin interes alguno, mientras yo imagino un beso. Porque, soy yo el que discute con Wilde, mientras escribo, balbuceando el amor como un acto mas grande que bailar... contradiciendo conclusiones.